
En repostería, hay un ingrediente que trabaja en silencio pero hace magia: los impulsores o levaduras químicas. Sin ellos, muchos de nuestros bizcochos, cupcakes y galletas quedarían planos como una tortilla. Hoy vamos a conocer qué son, cómo funcionan y cómo usarlos para que tus postres crezcan como en las fotos de revista.
🧪 ¿Qué son los impulsores o levaduras químicas?
Los impulsores, también llamados polvos de hornear o baking powder, son una mezcla de ingredientes que producen gas (normalmente dióxido de carbono) cuando se combinan con humedad y calor.
Ese gas se queda atrapado en la masa y la hace esponjar.
A diferencia de la levadura de pan (que es un organismo vivo), la levadura química no fermenta: su reacción es química e inmediata.
📜 Composición básica
Normalmente incluyen:
- Bicarbonato de sodio (base)
- Sales ácidas (como fosfatos o cremor tártaro)
- Almidón (para evitar que reaccione antes de tiempo y absorber humedad)
⚙️ Cómo funcionan
- En contacto con líquidos, la base y el ácido comienzan a reaccionar.
- Con el calor del horno, la reacción se intensifica.
- El gas liberado se expande dentro de la masa, creando una textura ligera y aireada.
🥄 Tipos de impulsores
- De simple acción: reaccionan solo con la humedad, por lo que la masa debe hornearse inmediatamente.
- De doble acción: reaccionan dos veces (primero con humedad, luego con calor). Son los más comunes y permiten más flexibilidad.
📏 Cuánto usar
En general, se recomienda 1 a 2 cucharaditas por cada 250 g de harina.
Usar más no hará que tu bizcocho crezca infinito… pero sí puede darle sabor amargo o textura extraña.
🚫 Errores comunes
- Usar polvo de hornear vencido (pierde eficacia).
- No mezclarlo bien con la harina antes de incorporarlo a la masa.
- Dejar reposar demasiado una masa con impulsor de simple acción antes de hornear.
📝 Conclusión
Los impulsores son el motor silencioso de muchas recetas dulces. Usados correctamente, garantizan postres altos, esponjosos y con una miga perfecta.